Por: Juan José Panno de su libro ‘En cancha chica’ minicuentos de fútbol.
Juegan en el pasillo con una plastiball padre e hijo. A doce goles juegan. El pibe que tiene, póngale, cuatro años, saca ventajas. Cuatro, cinco a cero. El padre reacciona, pasa a ganar seis a cinco, el pibe redobla el esfuerzo y con amor propio se pone diez a ocho; parece que la cosa ya está liquidada pero el padre estira el partido y pasa a ganar once a diez. El pibe siente que está todo perdido, que el mundo se derrumba, pero mete un chumbazo y empata. El padre tira débil, pero igual al pibe se le escapa y es el gol del triunfo, pero el mismo padre lo anula. «No vale, fue offside», dice. El pibe no sabe que es el offside, pero acata contento la decisión del padre/árbitro. Y en el último tiro manda otro chumbazo que el padre quiere parar, pero de verdad no puede. Doce a once gana el pibe, un resultado que ya se había dado otras veces. Termina el partido y los dos jugadores se abrazan fuerte…