
Casi nada es tan efímero como el resultado de las elecciones y sus festejos. Nada vence más rápido que los comentarios previos a las elecciones y los posteriores en los días inmediatos. Pasaron las elecciones y ahora ya han jurado los nuevos concejales; se han conformado nuevos bloques y todo parece indicar un escenario distinto en los próximos dos años. Los –hasta el 10 de diciembre- once concejales de Juntos siguen siendo los mismos en cantidad, pero distintos. Al menos así parece con la conformación de dos bloques, que serán Juntos, pero separados –vaya paradoja- porque emerge Juntos UCR, con la conducción de Ignacio Palacios y por añadidura queda Juntos PRO, conducido por Paolo Barbieri. No habrá interbloque.
Algo parecido ocurre en la oposición: también el peronismo tendrá dos bloques. Uno de seis integrantes, con Julia Crespo en la presidencia del bloque del Frente de Todos y otro unipersonal, el que implantó, Nancy Grizutti, cuando abandono por severas divergencias internas el espacio que la llevó al Concejo Deliberante y decidió llamar al suyo Frente de Todos-Reconstrucción.
Todos estos reacomodamientos y movimientos han sido una enorme pérdida de energía y tiempo en cuestiones que al hombre de a pié, al ciudadano común, poco importan.
La condición sería: no perdamos más tiempo y vayamos a lo que importa, que no es el resultado electoral y cómo funciona la Mesa Directiva del Honorable Cuerpo, sino ¿que va a pasar a partir de ahora?
El eje de preocupaciones, de vecinos y nuestras, pasa por las cuestiones concretas sin realizar o con realización insuficientes. Hay un sinfín de capítulos que muestran más del debe que del haber. Los concejales deben justificar porque han sido elegidos. Los integrantes del ejecutivo municipal también deben mejorar su gestión: varios no aprueban decididamente el examen vecinal.
Tampoco es un buen antecedente, para los próximos dos años, que la alianza gobernante haya expuesto las divergencias que existen, más allá de las fotos que los muestra ¿juntos? No hay posibilidad de reelección, por ahora, para los intendentes y Barroso ya ha dicho que no la quiere. Allí está la figura de María José Gentile, señalada como la encumbrada para sucederlo. Pero Palacios también quiere el mismo lugar y no lo disimula.
La situación no es mejor en la vereda opositora del peronismo: la derrota en las PASO y la magra cosecha de noviembre, exacerbó las contradicciones y los enfrentamientos, que están más disimulados porque no gobiernan. Son botones de muestra de disensos profundos que exceden a un mero resultado electoral.
Todo lo descripto, alude a todas las tiendas políticas, en medio de un panorama muy crítico de demandas sin atender.
Este 9 de Julio, de un extremo a otro del partido, no da margen para seguir paveando con internitas y aspiraciones para 2023. Todos deberían tomar nota. No lo dejen para más adelante: arranquen ya. Terminen con la joda.
El Director