Desde el bloque de Concejales Juntos UCR se presentó al Concejo Deliberante un proyecto de resolución adhiriendo al proyecto de ley E-306/21-22 que impulsan los Senadores provinciales de Juntos, sobre la boleta única de papel. En sus argumentos para adherir expresan:
“A 110 años de la Ley Sáenz Peña creemos es hora de modernizar nuestro sistema de elecciones y un primer paso sería el de contar con un sistema más transparente, que de mayor equidad entre fuerzas políticas, más económico y sustentable con el medio ambiente ya que se utilizaría mucha menos cantidad de papel”.
Y agregan: “La boleta única papel es una herramienta que permite que en una sola hoja los votantes tengamos toda la oferta electoral y esto mejora nuestra democracia, facilita la elección de candidatos y además iguala a fuerzas políticas más chicas con las más grandes garantizado que no falten boletas en el cuarto oscuro y echa por tierra prácticas absolutamente reprochables como la sustracción de boletas, adulteración de boletas, voto en cadena entre otras viejas prácticas políticas que afectan el ejercicio pleno de los derechos políticos de los ciudadanos menoscabando la voluntad popular. El presente proyecto, también instaura la utilización de una plantilla braille de votación que permite absoluta independencia de las personas con discapacidad visual al momento de emitir su sufragio”.
ANTECEDENTES
Los principales partidos de la oposición intentarán aprobar este año una ley que incorpore la boleta única en las elecciones presidenciales, un sistema utilizado en los países de la región. Consiste en sustituir las boletas de cada partido político que inundan los cuartos oscuros por otras que incluyan el detalle de todos los candidatos en columnas, para que el elector opte por el suyo marcando una cruz con su birome.
De esta manera, se olvidan las denuncias por robo de boletas de los partidos con menor capacidad de desplegar fiscales y los problemas logísticos para las impresiones de los que no juntan fondos para pagar los anticipos.
El año pasado los diputados Alejandro «Topo» Rodríguez, Graciela Camaño y Jorge Sarghini, peronistas disidentes del interbloque federal, presentaron un proyecto para implementar la boleta única en las últimas elecciones legislativas. Intentaron sumarlo al debate del cambio de fechas de los comicios, pero Eduardo «Wado« De Pedro se opuso y Juntos por el Cambio prefirió dejarlo para otro momento. El ministro explicó que ya se había organizado la logística para votar con el protocolo tradicional y no había tiempo de modificarla.

«Topo» Rodríguez, quien con Camaño ganaron su banca en 2019 en la boleta de Roberto Lavagna, anunció que volverá a la carga con el debate en marzo y los jefes de Juntos le anticiparon su respaldo en charlas que mantuvieron antes de fin de año.
La diferencia es que la boleta única no disgusta a los partidos provinciales que suelen acompañar al Gobierno y le garantiza una mayoría en el Senado. Les permitiría jerarquizar la elección a legisladores nacionales cuando coincide con las presidenciales. También le sirve a la izquierda, víctima del robo de boletas o de la falta de plata para imprimirlas.
La boleta única tradicional que propone el Topo Rodríguez se aplica en la mayoría de los países de América Latina. Sólo Brasil persiste con el voto electrónico. En Argentina la usa Córdoba desde 2011. Unos meses antes, Santa Fe había inaugurado la boleta única por categoría, que es igual, pero con una papeleta y urna distinta por cada cargo a elegir.
Florencio Randazzo, militó por cambiar el sistema de votación desde sus años de ministro de Gobierno de la provincia. Nunca lo logró y cuando fue ministro del Interior olvidó el tema. Pero en la campaña electoral pidió por la boleta única y se anotó para gestionar su sanción. «Se tiene que aprobar este año sí o sí porque el que viene vuelve a haber elecciones», dijo en una entrevista reciente. El debate empieza en marzo.